lunes, 13 de abril de 2015

El sueño.

Soñé que estaba en una casa oscura, con mucha gente. Algunas de esas personas las conocía, otras sé que las conoceré y la mayoría estaban allí como una habitación cerrada, en silencio, sin posibilidad de abrir su puerta. Algo tenía que hacer yo en esa sala, algo que hice pero no recuerdo.

Salí a la terraza. Corría un viento fuerte y cálido, podía mirar abajo del edificio y ver la calle abajo a muchísimos metros pero no sentía vértigo, no tenía miedo...subí a la barandilla del balcón, abrí los brazos y me dejé llevar por la corriente. Volaba bajo un firmamento negro que brillaba como un vestido azul marino con circonitas y me sentía libre. Algo me decía que estaba volando a casa. No sabría decir cómo ni por qué, pero allí me esperaba alguien inesperado. Y llegué allí a mitad del camino, llegué a una casa luminosa...a unos brazos que se me antojaban extraños. Y como siempre, me desperté antes de saber el final de la historia.

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