sábado, 15 de enero de 2011

Tristana

Hoy me he levantado con ganas de hacer muchas cosas, pero mi mente sigue pensando en lo que me contó una amiga hace unos dias.

No voy a decir su nombre porque a pesar de que este blog no lo lee mucha gente no quiero que de alguna forma esto llegue a oidos de sus semejantes. Podria empeorar su situacion.

Confieso que lo que me contó me hizo ponerme en su piel, porque he tenido episodios similares a los suyos ( ahora explicaré en que exactamente). En adelante la vamos a llamar "Tristana".

Cuando yo conocí a Tristana era una chica muy callada, tremendamente tímida y solitaria. Pero a pesar de ser solitaria, tenia muchas ganas de salir a la calle. De hecho, nuestros conflictos venían figurados en ese punto de nuestra amistad, como un contrato que se firma en el aire y se cumple como la promesa que hacían las antiguas damas de dar su palabra de honor. Todo comenzó mas o menos como suele comenzar. Una amiga me la presentó y a mí me llamó la atención su mirada triste, su gran timidez y su TREMENDA inseguridad. Era insegura hasta para elegir el sabor de un helado.

Me recordé a mi misma hace unos años, cuando luchaba como una leona contra mi baja autoestima y contra la soledad. La soledad es una cárcel de la que no se puede salir si tu autoestima es muy mala. Yo tardé mucho tiempo en salir y me crucé con mucha gente a la que le pedí auxilio y su gesto más amable fue decirme "aparta de mi camino". Creo que me salvó de acabar completamente mal las ganas de soñar y por supuesto Dios, que auque llevaba años sin hablar con él ( entendemos por hablar, contarle mis cosas, no oigo una voz desde el cielo contestandome, no me tomeis por loca ) ha estado cuidando de mí y dejando que experimentara estos sinsabores de la vida. Yo en aquel tiempo, lo que más pedia era una segunda oportunidad para ser feliz. Nada mas. No pretendia estar en el candelero ni que todo el mundo me quisiera. Solo quería tener dos cosas más en la vida. Autoestima y amigos.

Mi error fue pretender encontrar la autoestima a través de otras personas, no porque necesitara que me dijeran lo buena que soy, o si tengo cualidades envidiables. Simplemente busqué la autoestima a través del afecto. Y eso en el mundo en que vivimos es un error.

Es un error porque este mundo está diseñado para que el pez grande se coma al pequeño. El afecto de los demás no es un regalo. La gente no quiere a los demás por amabilidad sino porque encuentran en esa otra persona cualidades que les hacen sentirse a gusto con el mundo. La amistad tiene la misma dificultad que el amor. hay personas que son compatibles para ser amigos o para ser pareja y otras incompatibles. Y una vez que las encuentran tiene que ser un "quid pro quo". Si no, no funciona.

Bueno pues, despues de haber vivido todo esto, cuando la encontré a ella, me vi a mi misma en su rostro. Apagada, sin vida, como una estatua que observa el mundo mientras el mundo pasa a su alrededor y no se fijan en ella. Así era Tristana.

Le di algo que nadie me había dado nada más empezar. Algo que yo siempre buscaba. Le di parte de mi tiempo y me convertí en su maestra. Y fue muy duro. Para las dos. Reconozco que hice cosas que no tenia que haber hecho porque reaccioné mal frente a cosas que ella hacía porque habia una parte de su vida que no sabía y para mi fue incomprensible el que hiciera las cosas, no todas, pero algunas, tiraba para sus intereses.

Hace poco descubrí, o más bien me descubrió por qué lo hacía, por qué ahogaba las intenciones en lo oculto de su mente. Ahí estaba la clave, me lo dijo en su coche, con lágrimas en los ojos. Su infancia habia sido terrible.

Tristana tiene una familia bastante particular. Hablando en plata, son gente de pueblo, ignorante, orgullosa, interesada y sin escrúpulos. Y en eso no voy a entrar en muchos detalles, solo decir que ella lo ha pasado bastante mal. Y siguen haciendo con ella lo mismo a dia de hoy.

Ya van, creo que 7 u 8 años que la conozco. Y como digo, hemos tenido de todo. Me quejo porque su inseguridad me saca de quicio a veces, pero es una chica hecha para amar y ser amada. Una niña grande. Nunca me he sentido en la misma escala que ella, porque la he tratado como si fuera mi cria, pero ahora voy entendiendo que todos esos defectos no son por falta de madurez de adulto, sino porque no ha tenido más herramientas donde aprender a defenderse en la vida. Su familia es una desastre jerarquico.

Dentro de unos meses se casará con su novio. Espero que empiece a ser feliz de verdad de una vez por todas y el proximo dia le pediré perdon por mis arranques de mala leche y mi falta de paciencia. Tristana hubiera sido yo, si me hubiese tocado nacer en esa familia.

Deseo que cuando se case, y según esa mentalidad de "mujer casada" que tienen en el pueblo, la dejen empezar a vivir su vida y que no tenga que estar apañando la de su familia.

Si conoceis alguna "Tristana" como ella, haced algo por ella, por lo menos para que pueda avanzar en la vida. Hay mucha gente que necesita ayuda. Y merece la pena ver que tu granito de arena aporta para que alcance la felicidad.

2 comentarios:

Kyrios Bromios dijo...

Seguro que se siente muy afortunada esa "tristana" de tenerte de amiga.

Narwen dijo...

Lo curioso es que sí, me lo ha dicho algunas veces directamente. Pero a mi no me gusta que me halaguen por hacer algo que creo que es justo y correcto y sobretodo porque he metido con ella la pata hasta el fondo del pozo. Por eso no me termino de sentir bien cuando me agradece que esté con ella.

Digo que yo fui una Tristana. Con menos nivel, pero conozco sus miedos. por eso cometí la locura de ayudarle aunque no tengo los mejores medios psicológicos para hacerlo.