Siempre he dicho en determinados momentos que mi proceso de reflexión acababa un día, cualquier día que me pasaba algo importante, bueno o malo. Pero me equivoqué.
En realidad soy una persona reflexiva, me paso todo el día pensando, aunque no quiera pensar. La cabeza se me llena de ideas de todo tipo. Y muchas noches no puedo dormir hasta que apunto en algun sitio esas ideas.
Bueno, pues la idea de hoy es " hasta que punto soy capaz de afrontar mis propios miedos con una estrategia bien pensada y llevarla a cabo con diligencia". La respuesta es: he sido capaz, solo a veces.
¿ Y eso por que?. Pues porque tengo poca disciplina conmigo misma. Y la falta de disciplina hace que las emociones te zarandeen como un muñeco, como un barco a la deriva que se mueve a gusto de las corrientes marinas. Y todo eso me lleva al descontrol de mi misma.
Dejar que las emociones salgan hacia fuera es bueno, pero no siempre.
Las emociones son nuestro "yo" infantil y todos sabemos que lo infantil necesita una guia, un tutor que le muestre el camino. Y todos somos el Maestro y el Aprendiz. Yo soy el Aprendiz y mi propio Maestro, pero para poder autodirigirme, mi "yo" Aprendiz tiene que escuchar a mi yo Maestro. El primer paso a una vida mejor gestionada es saber cuando uno se está comportando como un niño y cuando como un maestro.
Y al cabo de estos meses, a través de mis propios problemas, he caído en la cuenta de que no los he estado gestionando como debería. He dejado que la emoción domine a la razón. Y necesito mi razón hoy mas que nunca.
Mis problemas no van a cambiar a menos que yo lo haga. Así que a partir de ahora, cuando tenga la sensación de estar perdiendo el control, saldré de casa, me daré un paseo, me tranquilizaré y pensaré con lógica el plantel que se me presenta para poder encontrar una solución adecuada.
Hay que aprender a caminar sobre tus propios miedos, estar por encima de la actividad diaria, no con actitud contemplativa, sino con una actitud activa y no permitir que nadie nos haga perder el control.
En realidad soy una persona reflexiva, me paso todo el día pensando, aunque no quiera pensar. La cabeza se me llena de ideas de todo tipo. Y muchas noches no puedo dormir hasta que apunto en algun sitio esas ideas.
Bueno, pues la idea de hoy es " hasta que punto soy capaz de afrontar mis propios miedos con una estrategia bien pensada y llevarla a cabo con diligencia". La respuesta es: he sido capaz, solo a veces.
¿ Y eso por que?. Pues porque tengo poca disciplina conmigo misma. Y la falta de disciplina hace que las emociones te zarandeen como un muñeco, como un barco a la deriva que se mueve a gusto de las corrientes marinas. Y todo eso me lleva al descontrol de mi misma.
Dejar que las emociones salgan hacia fuera es bueno, pero no siempre.
Las emociones son nuestro "yo" infantil y todos sabemos que lo infantil necesita una guia, un tutor que le muestre el camino. Y todos somos el Maestro y el Aprendiz. Yo soy el Aprendiz y mi propio Maestro, pero para poder autodirigirme, mi "yo" Aprendiz tiene que escuchar a mi yo Maestro. El primer paso a una vida mejor gestionada es saber cuando uno se está comportando como un niño y cuando como un maestro.
Y al cabo de estos meses, a través de mis propios problemas, he caído en la cuenta de que no los he estado gestionando como debería. He dejado que la emoción domine a la razón. Y necesito mi razón hoy mas que nunca.
Mis problemas no van a cambiar a menos que yo lo haga. Así que a partir de ahora, cuando tenga la sensación de estar perdiendo el control, saldré de casa, me daré un paseo, me tranquilizaré y pensaré con lógica el plantel que se me presenta para poder encontrar una solución adecuada.
Hay que aprender a caminar sobre tus propios miedos, estar por encima de la actividad diaria, no con actitud contemplativa, sino con una actitud activa y no permitir que nadie nos haga perder el control.
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