lunes, 22 de junio de 2015

Crítica : Birdman (O la Inesperada Virtud de la Ignorancia).



Hubo gente que me habló maravillas de esta película, otros me dijeron que los primeros 7 minutos fueron una tortura y que después de confesar su postureo gafapasta la dejaron de lado como a la fea de la clase. Os voy a ser sincera, la he visto porque me mataba la curiosidad. Ya purgué mis pecados en mi anterior entrada en el blog y no voy a caer en forzarme a hacer una crítica repleta de detalles, además de que no pegaría nada con el eje central que se me quedó en la cabeza de su argumento.  Birdman es la frustración de un actor que tiene un gran sueño turbado por su propio éxito, un éxito que nada tiene que ver con lo que él cree, ahora veréis por qué. No, esto no es un spoiler, ya desde el principio te deja claro que ese es el problema del personaje, Riggan Thomson. Las primeras secuencias se hacen cansinas debido a que su avance hacia el escenario es totalmente estresante e incomprensible, porque apenas quedan escasos minutos para su entrada en el escenario en el que la obra presenta una conversación en una cocina de atrezzo sobre lo que es el amor. Y a mí esa conversación me parece el colofón del festival de frases-hechas-que-quedan-super-molantes-cuando-juntas-varios-adjetivos-elevando-el-sentido-del-amor-muy-de-forma-manufacturada. Pero bueno, Riggan no lo hace mal y cualquier mierda dicha por un buen actor puede salvar el día, aunque en este caso no es así, porque uno de ellos se desmaya y tienen que echar el telón abajo. Lo que supone el cabreo del señor Thomson.

 A partir de ahí comienza la debacle mental del protagonista, que va siendo atacado por su alter ego a base de duras críticas a lo que está haciendo, que se supone que es lo que de veras quiere hacer. Porque...agarraos los pistones, esa voz en off que cuestiona todo el tiempo lo que hace es ni más ni menos que un personaje que interpretó hace tiempo y con el que consiguió una taquilla muy jugosa. Sí, es el superhéroe Birdman. Así que la idea del filme, es que tanto la industria del cine como los propios actores se debaten entre la producción de obras que no tengan esfuerzo de medios pero  argumentalmente ricas contra la gallina de los huevos de oro que es la producción de películas sencillas con grandes dosis de acción y que funcionan mucho mejor en taquilla. O bueno, mejor dicho, teatro versus cine de acción. Eso es lo que yo entendí. Y debe ser que a Hollywood le ha gustado mucho esta crítica que nos hace a los espectadores Iñárritu, porque se ha llevado nada menos que 4 Oscars a casa. No está mal la idea, pero no la veo para tanto. Creo que mi valoración se quedaría en un "sí, pero no". Por mí pueden tener todas las pataletas que quieran con respecto a la demanda que tenemos los cinéfilos, pero tiene que haber variedad, esa es la gracia del cine.

Aún así he de decir que me llegó al corazón muchos de los razonamientos que Birdman le dice a Thomson sobre la tentación de la dulce fama sobre la valía de uno mismo a la hora de hacer un trabajo sobresaliente, aunque no valorado por el público. Merece la pena verla sólo por eso.

Nota: 7


2 comentarios:

Estelwen Ancálimë dijo...

Suena a rayada mental de las chungas. Creo que no la veré.

Narwen dijo...

Lo es. Si no te va el existencialismo con patatas fritas y ketchup...mejor no la veas.