viernes, 20 de abril de 2012

Morir, renacer, vivir

Hoy me entró al curiosidad insana de averiguar el presente de gente que tenía olvidada en el pasado. Algunos de ellos, son gente que ha dejado una bonita huella dentro de mí. Otros también me han marcado, aunque de una forma dolorosa. Pero todos se quedaron en mi recuerdo con la cara que tenían a los 13 o 14 años. Y la vida pasó ligeramente rápida hasta este momento, a poco de cumplir los 30.

Algunos de ellos ya tienen hijos, otros han volado lejos y parece que han cambiado. A menudo me pregunto que queda de ellos de lo que yo recordaba. Sí, lo habéis adivinado, es la crisis de los 30.

Pensaba que la angustia del cambio de cifra que yo tenía se debía a la continua presión social a la que estamos sometidos porque culturalmente, una persona a los 30 ya tendría que estar colocado en la vida, casado y con hijos. Pero no. Aunque es cierto que todo eso influye. Más aún en una mujer. Especialmente de la mujer siempre se espera que se case y tenga hijos, que trabaje y lleve la casa y a su marido. Yo no he cumplido aún ni uno solo de esos puntos.

Desde hace un tiempo tengo la continua sensación de estar desubicada a través del tiempo. Dentro de poco cumpliré los 30 y a diferencia de cuando cumplí los 20, esta vez sí que me los estoy calzando en mis carnes. Siempre he sido la rara allá donde fuera y lo tengo asumido. Me siento orgullosa de ser diferente, como un pez naranja dentro de una pecera donde todos los demás peces son negros, pero esta vez....esta vez siento que necesito esas cosas tan "normales".

Y no hago más que ver páginas por internet de gente con mi misma situación. Tic, tac,tic,tac el reloj avanza y no para. Descubrí por fín lo que me pasa y es que le tengo pánico, horror, angustia y desasosiego frente a los cambios. Creía de mí misma que era una persona más dinámica, que hoy podía estar en un sitio y mañana en otro. Me equivoqué.

No lo niego, todo esto es una pataleta por el cambio de cifra y en realidad físicamente me siento mucho mejor y espiritualmente soy más madura...pero cuando pienso en que por ahí se asoman esas responsabilidades me pregunto si las voy a poder afrontar como una mujer adulta.

Siempre he criticado a toda la gente con el síndrome de Peter Pan...mira tú por donde, yo también lo sufro...pero como siempre ocurre y yo misma lo he visto a lo largo de mi vida. Mueres ante los viejos hábitos, renace en ti una versión de ti acorde a las circunstancias y después, cuando te acostumbras a los cambios, vives tu presente como todo el mundo.

No hay comentarios: