lunes, 24 de diciembre de 2012

Navidad 2013

Tenía ganas de comentar muchas cosas acerca de la navidad de este año. La primera es...¡que me han salido unas pastas flora y unos cordiales de muerte!. Os voy a poner unas fotos del progreso, no están todas las fases pero son las que saqué y me gustaron tanto que me apetecía ponerlas en el blog.

Cordiales

1. Preparando la masa.



2. Haciendo puntitas

3. En el horno


4. Listos para sacarlos...


Pastas Flora

1. Preparación de la masa.

 2. Masa terminada



3. Colocando el cabello de ángel




4. Listas para hornear..


5. El resultado.



Hacer esto es sinónimo en mi casa de que comienza la Navidad y con ella como todos los años, las cenas en familia, con los amigos...en fín, con todos los seres queridos. Y es algo tan bonito que hasta los ateos más radicales no se resisten a hacerlo.

Esto es algo de lo que quería hacer una reflexión. Y es que me he dado cuenta de la cantidad de gente que veo por el Facebook felicitando la Navidad a la gente cuando el resto del año se pasan la vida subiendo fotos a su muro con mensajes totalmente anticristianos. Son cosas que no entiendo. Supongo que es porque ellos lo conciben como parte de la tradición española, pero celebrar algo en lo que no crees me parece tan insustancial como decir que eres de un equipo de futbol llevando el uniforme de otro. Todo el mundo puede hacer lo que quiera, por supuesto. Pero si a mí siendo cristiana me diese por hacer el ramadán publicando por todos sitios que soy cristiana, seguro que más de un musulmán me miraría raro. Por lo visto para algunos celebrar el cumpleaños de alguien que según ellos no existe  es lo más normal del mundo. Cuando se hacen estas cosas, me da por pensar mucho, es igual que pasa como con Halloween. El ateo no cree en fuerzas del más allá y ese dia veo millones de fotos de gente disfrazados de fantasmas.

Por otro lado creo que aunque ellos hagan este tipo de cosas, creo que es un triunfo que haya gente que diga no creer y celebre fiestas para creyentes. Puesto que de alguna forma eso les acerca un poquito más a la idea central del cristianismo, que es el amor a los demás. Muchos de ellos, como mínimo, hacen regalos a sus seres queridos e incluso obras de caridad. Aunque yo me queje del hecho de que insulten al cristianismo el resto del año, al menos una vez al año, ellos también lo celebran.

 Lo que celebramos hoy 24 de diciembre es el cumpleaños de Cristo. La Navidad nos recuerda el amor más puro que existe, el suyo. Primero por nacer de la forma más humilde, porque lo que le recuerda al mundo es que la grandeza la tenemos en el espíritu. Nadie es mejor que nadie por tener más, ni nadie menos que nadie por tener menos. Por eso el Rey de reyes escogió esa vida. Porque es la sabiduría hecha persona. Porque el  salvador de la humanidad enseñó al mundo que lo que de verdad cuenta es el amor. De eso va la Navidad. Todos los regalos que hacemos a los que queremos son un añadido, un instrumento comercial, pero lo verdaderamente importante es amar al prójimo. Ese es el camino a la luz. Y yo con este año tan movido, he olvidado lo que me empujaba con fuerza a la vida, que es la fe. Pero como siempre, intentaré reflexionar sobre mi propia espiritualidad sabiendo que Él me dará fuerzas para los tiempos que vivimos. Y que me ayudará a enderezar el camino.

Espero que mis reflexiones os ayuden en algo.

De otra cosa que quería hablar es de lo que andaba diciendo el Papa este año. Que si en el establo donde estaba Jesús en el pesebre no había buey y mula. Obviamente la Biblia, es cierto que no lo especifica, pero no deja de ser una representación de los animales que normalmente había en los establos. Los hebreos usaban mulas para transporte y bueyes para horadar la tierra del campo, así que no me parece una locura ponerlo en el Belén. Tampoco quedaría extraño que la gente pusiera ovejas, de toda la vida siempre se han puesto. Este año sé que en el Vaticano no los han puesto, pero como el Papa no lo ha dogmatizado, no creo que esté mal ponerlo.

Y del asunto de los Reyes Magos de Tartessos. Creo que el hecho de que vinieran de Oriente o de Andalucía es indiferente para el mensaje más importante. Supongo que el Papa lo ha publicado como una curiosidad, pero no me parecería herético que alguien los pusiera en su Belén, en sus camellos y siendo Baltasar africano.Siguen siendo los Reyes Magos y lo serán siempre. Y como todos los años irán por las ciudades, lleven más o menos regalos. Yo espero que este año lo que le traigan a este país es justicia. Justicia social y que salgamos cuanto antes de la crisis.

Yo les pediré además un trabajo para poder retomar mi vida y sentirme una adulta viviendo de forma independiente. Y vosotros...¿que vais a pedirles?


¡Feliz Navidad a todos!

2 comentarios:

Laura dijo...

Qué ricas! Sobre todo las estrellas!
Un besitoo! y muchas gracias por el regalito!
Feliz Navidad.

Estelwen Ancálimë dijo...

Preciosa entrada, Virginia. ¡Tienes toda la razón! A mí tampoco me gusta eso de ver a ateos que están todo el año cagándose en D..., y luego resulta que cuando llegan la Navidad se hartan a turrones, regalos, fiestas, y ahsta ponen el árbol y el belén. Siempre me ha parecido una hipocresía. Aunque también es verdad, ahora que lo dices, que puede ser que lo que los empuja a celebrar una fiesta cristiana es ese pequeño fragmento de su alma, ese angelito de la guarda, que han arrinconado con su ateísmo, pero que en el fondo aún sigue reconociendo a Dios como lo que es: la verdad, y la fuente de todo bien.

Respecto a lo de la mula, esa sí que debía estar en el pesebre, ya que es el medio de transporte que José y María utilizaron para desplazarse de Nazareth a Belén. Lo del buey no es tan canon, pero bueno, al fin y al cabo era un establo; no es ilógico que en un establo, con un pesebre, haya un buey.

Y respecto a lo de Tartessos, es una bobada, además de un error histórico. En realidad, debería ser Tarso, en el territorio de la actual Turquía. Es decir, en Oriente Medio. De hecho, el Evangelio de Lucas relata explícitamente que llegaron tres magos de Oriente a adorar al niño; si los magos hubieran venido de Tartessos, Lucas hubiera hablado de Occidente, no de Oriente.