lunes, 29 de abril de 2013

Más reflexiones mias

Con esto de la autoterapia voy hilando un poco más algunas cosas que siento frente a situaciones de la vida diaria. Hoy toca el tema de "soy adulta y eso significa pasar de todo el mundo hasta que tenga resuelta mi vida"

Y no es que sea mentira que una tenga que preocuparse de sí misma, pero sigo bastante alarmada con esa idea confusa que tiene mucha gente de que el egoísmo es pura autoestima, porque para empezar, torciendo la idea...¿cómo puedes amarte a ti mismo si de ti no sacas nada bueno para los demás?. Lo sé, es el mundo al revés, muchos me dirán que es justo al contrario pero mi cabeza lo tiene esquematizado así.

Hablando del egoísmo ..he observado en muchos sitios una competencia malsana sobre quien es más feliz y lleva mejores trapos. Son esa clase de personas que cuando ven que por fin te sonríe un poquito más la vida les repatea y te atacan directa o indirectamente, francamente, no soy de esas personas que va obsequiando al mundo con los aspectos mejores de  mi vida, llevo bastantes años quejándome de las ostias que me han caído y soy consciente de que el hecho de que me caigan es totalmente natural porque la vida es así de agridulce, pero en esta racha que parece que voy mejorando me apetecía gritar a los cuatro vientos que por fin se me despejan un poco los nubarrones. Pues...hay gente que piensa que el sol solo sale para ellos.


No sé si esto es porque me acechan los 31 a la vuelta de la esquina y me da por pensar...o si es que sigo en mi crisis de identidad post trauma. Pero sea como sea, hoy me toca las narices exactamente eso. Que es que  cuando te detestan significa que además de no tragarte en persona, intentan hacerte la vida imposible a todos los niveles, incluso haciéndote sentir mal por ser un poco más feliz hoy. Y me estoy cansando. Necesito toda la tranquilidad del mundo para estar bien y volver a encontrar razones por las que sonreír al despertarme todos los días. Cosas que me ilusionen de verdad, últimamente llevo una racha en la que nadie me llama y me siento como un jarrón de porcelana lleno de polvo. Un mueble más, medianamente útil porque cuando me desempolvan no es porque me echen de menos, es porque quieren que les sostenga flores para alegrarles la vista un rato. Y después otra vez al rincón.

Y si, todavía estoy triste..y sigo esperando que alguien me llame y me diga que me echa de menos, con más o menos agua o con flores o sin ellas. Cada día con un poco más de polvo, de nostalgia y de ganas de que vuelva a salir el sol más rato para mí.



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