jueves, 16 de mayo de 2013

El origen de dos nombres


¿Y por qué Narwen?¿ Por qué escogiste este nombre y no otro?

La elección de mi nombre fue algo apresurado, no lo niego. Dado mi carácter tranquilo, la gente se pregunta por qué elegí ser "la dama del fuego".

Yo me siento "fuego", no quizá de la manera que la gente asume el significado popular de " persona muy guerrera que le corre la mala leche por las venas y lo destruye todo a su paso". Pero soy un fuego. Uno de esos que presiden el salón bailando en la chimenea dando calor ,cobijo y luz, haciendo cantar a la madera mientras me deslizo de un lado a otro para que mi hogar escuche el crepitar. Sí, me encanta la palabra hogar. Añado a mi rareza el hecho de que además de Narwen mi otro nombre es Gilfarothiel y tiene su explicación en una historia, una que me contó uno de mis primos en una boda familiar con una sola frase. Y esa frase fue...

"Te llama el viajar tanto porque en realidad tienes alma de marino".
Creo que el origen de mi segundo nombre está en esa frase, porque poco después tuve un sueño que tenía algo que ver en eso.Yo no  lo sabía pero esto es genético. Toda la familia de mi padre comparte dos rasgos. La sangre apasionada y el gusto por la aventura.

Gilfarothiel fue mi nombre en uno de mis sueños. Uno de esos sueños que algún día le pediré a alguien que me lo dibuje en un lienzo con su mucha creatividad, sé muy bien quien es esa persona y ella también lo sabe. Primero contaré mi sueño para poder explicarlo.

Soñé que me despertaba en una cama en medio del claro de un bosque, sí, así como lo habéis leído, estaba con esa sensación de despertarse en medio de la noche, acostada en una cama grande y rodeada de árboles grandes y silencio. Me levanté y me vi a mi misma llevando un largo camisón blanco de tirantes y el pelo suelto y la sensación del frío y la humedad empezó a ponerme la carne de gallina, así que agarré la sábana que me cubría  en la cama y me la puse a modo de capa. De repente, en el cielo empezaron a correr las estrellas fugaces y sentí una necesidad enorme de perseguirlas .Y lo hice. Por el bosque fui descalza tras ellas intentando alcanzarlas con las manos, algunas bajaban y me pasaban cerca, otras eran lejanas y arañaban el firmamento con su fuerte luz. Lo cierto es que no llegué a atrapar a ninguna, pero me guiaron hacia un acantilado y allí vi algo maravilloso.

Había un velero blanco que navegaba siguiendo el reflejo de la luna en el mar, todo era luz porque en el cielo se habían apiñado las estrellas y en ese momento tuve una sensación de paz. Con la sábana que traía encima empecé a darle señales al barco, me veía a mi misma moviendo la sábana de un lado a otro, con el viento soplando como si fuese una bandera. El velero cambió de rumbo y ahora venía hacia una playa que estaba debajo de mí, en el acantilado. Mi sueño entonces terminó, desperté.

Gil significa en quenya "estrella" y farothiel "cazadora", porque cuando estuve persiguiendo las estrellas tenía la sensación de que el sueño me estaba animando a perseguir mis sueños. Muchos me dirán que persiguen también sus sueños, pero este sueño define en mucho lo mejor de mí y quiero que lo mejor de mí nunca muera, quiero conservar mi ilusión por hacer las cosas que realmente me gustan, aunque últimamente las hago poco, por los quehaceres de la vida.

Habrá millones de temas más interesantes que el contar el origen de un nombre, pero las historias me surgen cuando quieren salir y esta historia estaba esperando demasiado tiempo y se hacía pesada tener que escucharla en mi cabeza quejándose "y yo ...¿cuando me toca?". Ahora quedan detrás todas sus hermanas. Me está costando mucho que nazcan, este parto está siendo complicado y bien largo, pero está dentro de mí y poco a poco me vuelve todo, la oscuridad se aleja y todo se llena de luz, como en mi sueño.

Espero que mi pequeña aventura nocturna os haya gustado y que persigais vuestras propias estrellas.

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