sábado, 14 de febrero de 2015

14 de febrero I: El Carnaval VS Frikis

Esta semana doble entrada ya que tenemos la casualidad de que coinciden dos festividades de las que hay cosas que decir.

Hoy es Carnaval y como todos los años, las calles se llenarán de gente que intentará durante esta noche no ser reconocido ni reconocible con disfraces que añadan esa pimienta en salsa, reprimida para ellos todo un año y que teñirá de alegría y color las calles de las ciudades que lo celebren. Para todos los gustos y todas las edades.  Resumiendo un poco de investigación por Google, es una tradición que se remonta al año 1094, del cual a día de hoy se conserva un documento en el que aparece por vez primera la palabra "Carnevale" para designar unos días de fiesta que el estamento privilegiado permitió al pueblo veneciano. Lo que no se esperaban los nobles es que la gente la iba a liar tan parda, hay varios documentos que intentaron regular el uso de las máscaras, el que más me ha llamado la atención es un decreto del año 1458 en el que se prohibió a los hombres entrar a los monasterios disfrazados de mujeres, es decir, a la juerga se apuntaban hasta los monjes.





 ¿A quién no le gustaría ponerse un bonito vestido de colores vibrantes y llamar la atención de los demás ocultando su identidad?

Lo curioso del caso es que a pesar de que ahora la picardía es mucho más ácida y se usan menos telas en los trajes (sobretodo en los femeninos, no hay más que ver a las brasileñas de Rio de Janeiro) hay algo que no ha cambiado y es que la gente saca a relucir su creatividad, su fantasía sin pudor alguno. Eso está muy bien porque son rasgos a menudo oprimidos por la rutina diaria y en esta fiesta se da carta blanca a desempeñar el papel de un personaje por las calles que de otra forma, en ningún otro día del año podrían hacer. Y ahora viene la madre del cordero de este asunto...pues hay gente que se salta la norma preestablecida y se disfraza cualquier otro día del año en otros eventos. Esa gente somos nosotros: los frikis.

Y en este grupo voy a incluir sólo a los que lo hacen en eventos de rol en vivo, salones del Manga,  Mereth Aderthad (reuniones anuales de la Sociedad Tolkien Española), recreación histórica y eventos varios como estrenos de cine, convenciones y demás. Me abstengo de grupos festeros como Cartagineses y Romanos, Moros y Cristianos o formatos similares porque esos sí que están aceptados en sociedad. Y quien diga que no, miente como un bellaco. A lo que iba, estoy harta de que haya gente que nos señale con el dedo por vestirnos de elfo, enano, hobbit, mago o lo que sea y nos llame raritos cuando luego ellos en Carnaval se visten, o mejor dicho, se trasvisten y tengamos nosotros que aceptar su idea como graciosa y original, en vez de ridícula.

Sí, tengo mucho resquemor interior y hasta puedo entender que lo que hacemos no forme parte de una tradición tan arraigada como es el Carnaval, pero no pienso pasar por el aro de que nos digan que somos unos inadaptados sociales y luego se llenen la boca hablando de las libertades personales. Y eso que ahora está de moda ser "friki", lo que viene siendo el típico postureo de los pijos y pijas de turno que se proclaman como tales por llevar camisetas de Berska con superhéroes de Marvel. Ya sabeis..."Geek is the new sexy". O que tienen las narices de tatuarse sus nombres en quenya, esto...no, ellos no dirían quenya, dirían elfico. Y te mirarían con cara rara como si hubieras dicho que esas letras están en chino. Seguro que más de uno sabe de lo que hablo.

No me malinterpretéis, no estoy diciendo que no pueda ser gracioso el hecho de que un hombre se disfrace de mujer con guasa, lo que me escama es que esas personas comparen lo que hacen con lo que hacemos nosotros como si se tratara de algo peor, porque no nos disfrazamos un día al año como marca el canon. Y que entiendan que nuestros disfraces son aún más ridículos que el suyo. Obviamente no es así, porque para empezar he visto atuendos muy elaborados tanto de personajes de la Tierra Media como de recreacionistas que le pueden dar varias patadas en calidad y diseño al de algunos modistos famosos.

El Costurero Real, un ejemplo.


Y algunas chicas dicen que lo que hacemos es además denigrante. Bien pues, son las mismas que deciden ponerse este tipo de disfraces con tacones altos a los alrededores del estadio del Cartagonova (aquí en Cartagena) a hacer botellón toda la noche a la intemperie. Insisto, cualquiera puede hacer lo que quiera con su vida, pero para mí ir de esta guisa SÍ que me parece denigrante, además de estúpido.







Quizás otros ya lo hayan hablado hasta la saciedad en sus respectivos blogs, pero me parecía importante sacar el tema porque al menos aun, aquí en Cartagena hay mucho prejuicio con este tema.

3 comentarios:

Estelwen Ancálimë dijo...

No es de Carnaval, pero para el caso es lo mismo: cuando el Atleti jugó la final de la Copa del Rey en mi ciudad, me crucé con un tío que llevaba:

-Camiseta a rayas rojiblancas.
-Pantalón a rayas rojiblancas.
-Bufanda, calcetines y deportivas a rayas rojiblancas.
-Sombrero de arlequín a rayas rojiblancas.
-La cara pintada a rayas rojiblancas.
-Una carraca gigante en las manos, a rayas rojiblancas, que hacía sonar sin parar.

Recuerdo que cuando lo vi, mi primer pensamiento fue: "y a mí me llaman friki por vestirme de elfa en las estelcones" :-P

Narwen dijo...

Me había dejado a los futboleros en el tintero, sí sí sí y en un 99% de esos casos, seguro que si le preguntas al hincha en cuestión, te diría que tú de elfa vas más ridícula que él.

Recuerdo las caras en la Estelcon 2008 de los camareros durante la cena de gala, arrejuntados en un rincón riendose de la gente que estaba bailando y señalándoles. A lo mejor sólo pasó en esa, ya me contarás porque por desgracia no he vuelto a pisar una Estelcon desde entonces.

Estelwen Ancálimë dijo...

En Umbar 2006 y en la de este año también se lo fliparon bastante. Por lo general cada vez que hacemos la cena de gala en un restaurante se quedan todos a cuadros; lo que pasa es que unos disimulan mejor que otros. En la de este año, por ejemplo, como fue en una de las salas de banquetes del hotel donde estábamos, los camareros ya estaban preparados para lo que venía y si hicieron algún comentario en plan de "joder, qué mal están estos", sería dentro de la cocina, porque de cara a la gente mostraron una perfecta cara de póquer.
Ahora, que a mí lo que piensen los camareros de la cena de gala (o quien sea) de nosotros, no podría importarme menos. Estoy con mis amigos pasándomelo bien y lo demás me resbala. Como dijo Quevedo, "ande yo caliente, ríase la gente".