domingo, 1 de febrero de 2015

Una entrada por semana.

Lo sé. Llevo demasiado tiempo agarrándome a la palabra "cambio" sin asumir completamente su significado, digamos que el autoconvencimiento en mi caso va despacio. Esto lo digo por las veces que he dicho "voy a..." y "es la última vez que...". Cuanto más lo digo menos peso tiene en mi vida.

El caso es que me he dado cuenta de que lo de escribir hay que ejercitarlo como se ejercita un cuerpo en un gimnasio. Y me pasa como a un accidentado que realiza su fase de recuperación con un fisioterapeuta, hasta la acción más simple puede ser un verdadero dolor. Volver a escribir como cuando podía volar con mis propias palabras (cuando yo sentía que hacerlo era tan fácil como echarte a correr) va a costarme tiempo y esfuerzo, así como al accidentado le puede costar volver a andar. Todo empieza caminando. Así que a pesar de todo me he propuesto escribir una entrada por semana sobre lo que sea, puede que a falta de ideas me dedique a comentar alguna película que me haya parecido curiosa, no sé, supongo que es lo fácil, pero como decía...lo que sea.

Hoy me apetecía cerrar el día con algunas reflexiones. Llevo un tiempo pensando sobre el tiempo, el conocido Lord Tic Tac con el que tanto me he peleado en los últimos años porque era la única posesión de una que ni siquiera es posesión. Y es que lo más sabio  es valorar el por qué de las cosas y aceptar el orden impuesto en nuestra cronología que la vida nos va colocando. Pero sobretodo aprender de ello y dejar atrás todo peso inútil. El odio, los rencores, los malos recuerdos, todo atrás...y así poder ser libre para seguir adelante. Ser libre para decidir lo que de verdad quieres hacer.

Una de las lecciones que no olvidaré jamás de estos últimos 5 años es que a veces, a pesar del dolor, del miedo, de las lágrimas y de la soledad hay que estar por encima de la losa que nos carga la circunstancia porque es la única forma de que el alma haga ejercicio para estar más fuerte y alcanzar mayor experiencia. Al menos, yo no quiero que el tiempo  pase como una nube callada por encima de mi vida sin haberle dado importancia.

¿Y el tiempo como manualidad?.

Me refiero a las veces que alguien nos regala un cuadro pintado, un cuento  o un bordado o cualquier cosa en la que haya echado días, horas o minutos de su vida una persona que nos quiere. Esa obra de arte no sólo es hermosa en sí misma porque además de la delicadeza y la luz  de sus propias formas son días, horas o minutos de la vida regalados con amor por esa persona hacia nosotros. Tiempo, tiempo que jamás volverá a tener el autor de la obra para sí mismo. Él o ella lo ha transformado en colores, puntos y trazos. Así es la magia de la creatividad, la técnica del bello embalsamamiento del tiempo.

A partir de ahora pienso apurar al máximo el tiempo que tengo y agradecer a quien me lo dedique. Buenas noches y que tengáis buena semana.

No hay comentarios: